martes, 24 de mayo de 2011

Un año con los ojos cerrados (Parte 2)

Tras el shock que se supuso la Finale se produjo una selección natural, toda una criba que ha alejado a curiosos y fans casuales del fenómeno LOST. Tiene mérito ser seguidor de la serie a día de hoy. Con las cartas ya sobre la mesa tiene que saber uno defender sus argumentos con una buena dialéctica (concisa y sin resquicios) ante colegas y familiares para no quedar como un fanático de la nada más absoluta. Intentar transmitirles el escalofrío que sentimos ante la luz que se filtró por el ventanuco de la escotilla. Al descubrir que Ethan no iba en la lista de pasajeros. Al hacer girar la rueda. Al encontrarnos como uno más de la Iniciativa Dharma en 1977. Todo esto se puede disfrutar plenamente si llegas a la serie con los ojos y los oídos vírgenes y con las expectativas bajas (sin querer saberlo todo, esto es puro entretenimiento chicos...) y sin que nadie (harto difícil) te haya destripado absolutamente nada del argumento.

Los que somos fans de verdad lo vamos a seguir siendo. Nadie nos va a bajar del burro. Somos una especie de generación LOST. Cada vez que veamos un anuncio, un artículo, un producto o una novedad sobre la saga llamará poderosamente nuestra atención y dejaremos de hacer lo que estábamos haciendo en ese momento. Otra cosa es que le vaya a ser fácil a esta serie captar nuevos adeptos, eso es más que discutible.

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